Cuando las puertas se cierran y paredes bloquean las miradas de la sociedad.  Florece la intimidad, esa atmósfera única donde nadie te hará daño, concediéndote la oportunidad de sacar tus dramatismo interno.  Siendo la soledad tu amante que te abraza y no te hace esperar para dialogar tus mas íntimos secretos, sin prejuicios ni tapujos sabes que ella nunca te juzgara. 

 

Analizas tu reflejo que obsesivamente se empeña en mostrar tus desperfectos. Qué más da! no hay nadie ahi! estas alojado en un lugar donde nadie puede alcanzarte. Podrás llorar, reír, pensar o solo reposar, jamas se mostraran tus emociones con tanta naturalidad, a quién le importa! al final nadie te observara o escuchara por ese breve momento.